miércoles, noviembre 28, 2012
viernes, noviembre 23, 2012
jueves, noviembre 22, 2012
miércoles, noviembre 21, 2012
jueves, noviembre 15, 2012
miércoles, noviembre 14, 2012
martes, noviembre 13, 2012
La ley
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La ley
Cómo amaneciste hoy abuelita, te ves más joven que nunca,
yo dormí…No recuerdo si soñé eso no importa lo que sí es urgente ¡Un Cambio! toda
la semana con el mismo vestido te puede convertir en un mueble más de ésta casa.
¿Soñé o no soñé? mamá me llevará a la
escuela, hoy es día de trabajo Madre-Hija, me encantan estos días con el sol
como si estuviera en la playa y el
aire tibio besando mis mejillas, puedo usar blusa sin mangas y vestido que
vuele cuando dé vueltas como una sombrilla. Papá ya está de mejor ánimo dice que gastó mucho en ti pero que valió
la pena, yo estoy contenta de que sigas con nosotros. Ayer domingo fuimos al
zoológico y me puse un tanto triste porque no pudimos llevarte, ya sé que no puedes
ver, oír, pero me gusta tu compañía por eso le pedí a papá que te lleváramos, dice
que no cabes en el auto y que no puedes salir, que la gente se reiría de ti, de
nosotros. Sé que no comes y que nunca te harás mas vieja de lo que te ves y eso
no me importa con tal de que juegues con
migo como mis muñecas. Déjame darte un beso para despedirme, ya sé que cuando
regrese estarás aquí pero me da tristeza que algún día ya no te vea más. Mamá
dice que esa ley que aprobaron el año pasado es tonta y más tonta ella por
cumplir el capricho de papá, dice que es como comer un caramelo y guardar la
envoltura ¿para qué sirve la envoltura si ya no hay caramelo? a mí me gusta
guardar las envolturas de los dulces, olerlas
de vez en cuando y acordarme a qué saben; aunque ya no estas aquí, como dice mi
mamá, me gusta acercarme, rociarte con el perfume que usabas y después olerte;
recordar cuando me cargabas y cantabas
Tengo una muñeca
vestida de azul
con sus zapatitos
y su canesú
Nos vemos abuelita, que tengas un buen día. Le diré a
mamá que te limpie el polvo, te cambie el vestido y que la Ley Nacional de Conservación
de Difuntos no es tonta.
lunes, noviembre 12, 2012
sábado, noviembre 10, 2012
La humedad del sueño
La humedad del sueño
Tarde, antes del cobijo de las sombras te tendí sobre la cama fresca,
sobre esa colcha blanca de lino que hace juego con tus ideas. Me miraste sin
dejar de sonreír, yo desbotoné tu vestido floreado de primavera. Mi mirada
acarició tu cuerpo desnudo y me coloqué a tu lado, cerraste los ojos y soplé
sobre tu cuello, el aire fresco te erizaba la piel. Tomé la brocha que usas
para el maquillaje y con ella dibujé tus senos en círculos concéntricos, del
izquierdo al derecho y viceversa, lo hice hasta recibir la recompensa de tus
pezones; ni mis manos ni mi boca tocaban aquella piel ávida. Después de volar
por aquellos promontorios, deslicé las cerdas suaves por tu plexo solar hasta llegar
al ombligo, ahí giró y giró como agua que se expulsa por el orificio del mundo.
Entonces te pedí que voltearas y quedaste tendida boca abajo. Pasé aquella
brocha detrás de tus orejas, en el hueco de tus axilas, y bajó por tu columna
hasta tus nalgas, entonces las recorrió varias veces, de pronto abriste tus
piernas. Frente a la invitación pasé a las entrepiernas. La brocha subió y bajó
desde la pantorrilla terminando en tu bello púbico, llegó a las corvas donde
cada brochazo arrancaba un suspiro, continuó por la planta de tus pies, jugó
por largo tiempo con cada uno de tus dedos. Después volteaste, estiraste la mano y tomaste la mía
dirigiéndola a tu pecho, yo, sin que mis manos tocaran tu cuerpo, deslicé mi
lengua por ambos pezones terminando en un beso a penas perceptible en tu boca
casi como una luz carmesí al amanecer. Mi lengua cayó por el laberinto que desemboca
la comisura de tus labios mayores, ahí donde el agridulce se mezcla con la
tibieza, donde los sueños se tejen con hilos gruesos, ahí descansó mi boca.
Entonces mis manos separaron cada uno de tus labios para saborear aquél punto
de pasión, lo rodeaba con movimientos rápidos,
te arqueabas, subías y bajabas la pelvis, después el movimiento se hacía
lento y en ocasiones mi lengua se adentraba más allá de ti, se adentraba a tus
ideas, a tus sentidos, a tus recuerdos. Terminaste en un espasmo largo, me separé
de ti, y me aleje flotando en el desvanecimiento suave de tu sueño.
viernes, noviembre 02, 2012
lunes, octubre 29, 2012
jueves, octubre 25, 2012
miércoles, septiembre 12, 2012
Mónica gusta del sexo
en la espalda la cintura
la cadera
en la comisura de sus cuatro labios
en las ideas que desprende la
cocina
saborea el sexo en la estufa
a dos dedos a dos manos
con olor a orégano y sabor a tomate
con el gemido de cacerolas al untar
especias aromáticas rodean
sus recuerdos sus
oídos
sus mejillas sus pestañas
sus albricias
rubores como hervor de leche
suben y se derraman
mas allá
la respiración agitada
yace sobre una tabla de picar
martes, septiembre 04, 2012
Sextante
la
rana en el miedo día
disfraza su existencia
debajo de la arena
afanoso
el sol transita
buscando en las copas
en
los cocos
en
los espejos de aguas
turbias
y limpias
el
croar que la luna le dijo
de
oriente a poniente
traslada
su cansado sonrojo
las
sombras suceden
el
canto de nuevo
la
noche enamora
al
batracio sin miedo
miércoles, agosto 29, 2012
Asoñante
todas
las noches
me quito los ojos
para no soñar
los
coloco
en un vaso
con mar-agua
despieso
mis zapatos
que ladran al destino
sin
cansancio
despellejo
mi ropa
pieza por pieza
hasta quedar vacía
la
recuesto en el suelo
con aromas de cópula
entre
grillos y polvo
me entierro entre sábanas
sin mediar
funeral
no hay flores
la
muerte fingida
pasa sin mirar
la
rapto la poseo
despavorida
huye
su gran temor
martes, agosto 28, 2012
Río nocturno
Eres
río de corrientes suaves
meces
alma y cuerpo
remanso
donde el bienestar se avergüenza y la beatitud muere
el
río me turba y agita del raciocinio a la pasión
el
mareo convulsiona y temo continuar
pero
me sujeto a los labios y los remos de tu cuerpo
poco
a poco el río se aletarga
suelto
labios remos y descanso sobre ti
sin
embargo tengo que desembarcar y regresara a casa
mil
dudas duermen conmigo
despierto
con la querencia abrigándome y resaca de la realidad
entonces
apareces
y nuevamente me embarco en
ti
jueves, agosto 23, 2012
El reloj de arena
Al estar limpiando mi escritorio he
tirado por descuido el reloj de arena que compraste aquella tarde en la playa.
Antes de esto mi vida era como una lata de chiles cueresmeños en escabeche puesta en un
aparador de cualquier tienda, sin movimiento, sin vida. Ese viaje de prácticas,
donde esperaba conocer alguna nena desinhibida, me regaló el boleto de lotería
premiado con tu presencia. No soy muy hacendoso, el ordenar mi cuarto es más
difícil que ordenar mi vida; ropa, revistas, libros, viven siempre en el mismo
lugar no así las ideas que parecen grupos de rock en gira internacional. Crash,
la arena se esparció, derrame unas lágrimas para completar la escena y tendí mi
mente en aquella pequeña playa simulada. Cuando subiste al autobús no era mi
sorpresa conocerte, hablarte debió ser un eslabón del destino que ató mis
querencias y condujo a ese inmeditable asunto de amar. En tu cabecita mil veces
mi voz ha escrito que no soy apasionado ni puedo escribir poemas amorosos, bien
sabes que los poemas me caen como agua de sandia por la mañana después de una
alargada borrachera. Uno, dos, tres, cuatro granitos de arena; tomé la lupa y
asomé por ella con el interrogatorio: ¿Cuántos granitos de arena tiene una
hora? El camión y la tardanza por no haber encontrado mi traje de baño a tiempo
colocaron mi cuerpo a tu lado, hubiera querido sentarme con aquella espigada
rubia de uno setenta pero ya eras mi ayer y el remedio de desandar los caminos
sería caminarlos de regreso y nuevamente encontraría te. ¿Quién tendrá la
paciencia de contar cuántos granitos de arena tiene una hora?, cien, mil,
setenta. El primer mes fue el más trabajoso de los que hemos recorrido desde
entonces, tus desdenes intercalados con miradas de lujuria me revoloteaban como
abejas en los oídos, por el principio entendí que yo te gustaba y que me
deseabas, luego la indiferencia hacía océanos de distancia que no entendía y al
momento de desatar amarras e izar velas para nunca más retornar a tu puerto,
¡esa mirada!… echaba anclas, me recostaba en un suspiro, miraba el atardecer
de tus ojos negros y de nuevo el intento por entenderte. Por obra y gracia del
espíritu santo no desistí, luché como luchaban los piratas para obtener el
tesoro, ¡ha!… y qué tesorito. La primera noche,
no, creo que fue por la tarde
cuando por primera vez mis manos se enredaron en una sinfonía para piano
recorriendo cada rincón de tus tecas blancas y negras, cuando llegaba al
allegro introduciendo con tutti, sostuve la respiración y me diste tremenda
cachetada que me hizo volver de ese salirse de sí mismo, creíste que me daba
algún paro cardiaco o no se que pero fue el mejor sexo que he tenido. ¿Limpiaré
o no la arena? Tres mil, cuatro mil, ¿quién se ocupa en pensar cuántos granitos
de arena tiene una hora? Tu reclamo para conmigo siempre es por que no digo “te
amo”, es algo que lleva intrínseco el hombre, lo llevamos como las hormonas, lo
transportamos en cada gota de sudor cuando hacemos el amor, cada gotita de
sudor cuando se transfiere a tu cuerpo se disuelve en un “te amo”, o
simplemente cuando te veo caminado por la calle o esperando en la parada del
autobús mis latidos suenan a un: te quiero___te amo___te quiero___te amo___te
quiero___te amo. Un granito de arena me quiere, otro granito de arena no me
quiere, ¿cuántos granitos de arena tiene una hora y al terminarlos de contar me
querrá o no me querrá? ¿Qué loco contaría cuántos granitos de arena tiene una
hora? Arreglaré mi cuarto para cuando vengas encuentres mi entorno diferente y
veré si cambiando el exterior es tangible un cambio interno, la realidad es que
no se si me case contigo o con otra, esto no interfiere con ésta maldita maña
de amarte pero quisiera que la maldita maña se alargue, si ya has leído hasta
aquí mi carta, espera mi llamada y cuando escuches mi voz no cuelgues, mientras
tanto contaré ¿cuántos granitos de arena tiene una hora? Y cuando llegue al
último me lo comeré para que en mi interior se quede grabado el número de veces
que te diré “te amo” la próxima vez que estemos juntos.
31-octubre-2002
miércoles, agosto 22, 2012
RE-ESCRIBIR
La escritura, como las relaciones
interpersonales, tienen sus condiciones para salir adelante o para llegar a
feliz término, o si es el caso, continuar “hasta que la muerte los separe”. ¿Recuerdas
la primera vez que escribiste sin la obligación de hacerlo, sino por la
necesidad de mover los dedos para que aparecieran en otro lado palabras que nos
presentan una idea o simplemente ideas al azar? Yo no tengo seguro el momento
en que lo hice, pero sé que fue por aquellos años que cursaba la enseñanza secundaria,
cuando los cambios físicos y la búsqueda de la propia identidad nos llegan sin
saber. Recuerdo muy bien que llevábamos la materia de Lectura y Redacción y no
crean que ahí fue donde experimenté el gusto por la escritura. ¡No! No fue ahí,
de hecho cuando me dejaron leer el libro “Mujercitas” fue la razón de que me atrasara
en el hábito de leer. ¿A quién se le ocurre obligar a leer un libro para
mujeres en la edad en que el pequeño hombre comienza a reafirmarse como tal y
todo aquello femenino que no lo enaltece como hombre lo denigra o le disgusta?
Pues mi profesor (no recuerdo si era hombre o mujer pero sé que era un mal
profesor) se le ocurrió. De ahí en adelante no recuerdo haber leído más hasta
encontrarme en la educación media superior y no sé si fue aquí o antes cuando
quise escribir narrativa y poesía.
¿Cómo se encuentra uno con las letras
o más bien cómo las letras lo encuentran a uno? No lo sé, tal vez la necesidad
de contarle a alguien lo que nos acontece, lo que nos agrada o lo que nos hace
florecer un sinfín de sentimientos. No siempre se encuentran amigos o no
siempre les confiamos nuestros más íntimos secretos porque nos da pena o porque
somos introvertidos, pero las teclas no le platican a nadie que no queramos que
se entere, ellas son cómplices, medio y descargo de lo que brota de nosotros.
Creo que así macío en mi el gusto por la escritura.
Siempre hay algún pretexto para
escribir, la diferencia es que si no ejercitamos la escritura, la escritura no
hará nada por nosotros. Sea este un buen pretexto para retornarla y recordar lo
placentero de escuchar el clic clic de las teclas. No me extiendo más porque es
sólo un ejercicio, un precalentamiento para lo que vendrá.
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