¿Dónde se encuentra el alma?
Hablar
del alma es hablar de algo inmaterial, que no tiene sustancia, algo etéreo que
no es medible, sin propiedades ni características que la puedan clasificar
dentro del cuerpo humano; aún así, existe esa parte que nos hace tener
expectativas de vida: la consciencia, de la cual se conocen algunas de sus
características y sus reacciones a diferentes estímulos. Eduardo Martínez en su
artículo “La consciencia humana se genera en la parte posterior del córtex cerebral”,
cita a Francis Crick, Premio Nobel, para quien la conciencia radica en el
cerebro, en la parte posterior del córtex, dicha investigación refiere que una
sofisticada e interconectada red neuronal sustenta la percepción a través de
nodos. Un nodo solo no genera la conciencia, sino el conjunto de ellos, cuando
se activan y desactivan en coaliciones de neuronas y generan la conciencia de los
procesos subjetivos y del entorno (Martínez, 2003) .
En
el programa “Misterios del Universo T2X01 ¿Hay vida después de la muertes?” Se
nos dice también que la conciencia se encuentra en el cerebro, ella, nos abandona precisamente cuando caemos en
inconsciencia como: el dormir (sin soñar), en la anestesia médica o con algún
golpe fuerte que nos noquee, sin embargo, aunque inconscientes, el cerebro
sigue trabajando sin “nosotros”, siguen los signos vitales: la respiración, el
pulso, la temperatura; es cierto que no reaccionamos a estímulos externos como
el ruido, un pinchazo o una quemadura porque nuestra consciencia no está
presente o “encendida”. Cuando estamos conscientes y aplicamos un estímulo, las
neuronas del cerebro transmiten y lo procesan teniendo una reacción, existe un
intercambio de información entre las neuronas, éste intercambio desaparece
cuando estamos inconscientes, aún cuando el cerebro funcione correctamente;
somos pero no estamos. (Discovery,
2012)
¿Será
que la consciencia es el alma?
Algunos
consideran que justamente el alma es la consciencia, donde radican
sentimientos, esperanzas, anhelos, etc.; es decir, el alma radica en el
conjunto de neuronas que forman nuestro cerebro y desaparece al morir, sin
embargo, para los filósofos antiguos el alma es divina e inmortal; hablan de lo
visible (el cuerpo) y lo no visible (el alma). Lo visible entra por el cuerpo
por medio de los sentidos; lo invisible por el alma. El cuerpo cambia, los
objetos cambian, los animales, las plantas, pero el alma no cambia, de tal
forma el cuerpo es finito pues percibe lo finito y el alma es inmortal pues
percibe lo que no es tangible y cuyas cualidades son: ‘la moderación, la
valentía y la sabiduría, según lo expresado por Platón. (Eggers, 1988)
Ahora
bien, si el alma es la conciencia o no; si es finita o infinita; si es mortal o
inmortal; sabemos por experiencia propia, que hay alguien que está dentro de
nosotros, que a veces nos aconseja, o que nos hace temer, o que nos proporciona
ideas: algo, que no somos nosotros sino alguien con quien incluso platicamos.
Podríamos, por qué no, llamarla alma, y podríamos considerar algunas de las
características que les dan los filósofos como Aristóteles dice que también las
plantas y los animales tienen alma al igual que los humanos pero con otras
características, una de ellas es común a las tres y es la que les permite tener
vida en potencia, es decir, la capacidad de reproducirse a diferencia de
objetos inertes. Esta es una gran cualidad que tanto es visible o material
(conservación de la especie), como
invisible o inmaterial (todo nuevo ser posee alma); para Aristóteles, el alma
es inmortal y a la muerte, ésta se desprende del cuerpo y puede introducirse en
un animal o en una planta. (e-torredebabel.com)
Si
aún no comprendemos la totalidad del funcionamiento del cerebro humano que es
tangible y medible, ¿qué tan difícil será conocer el funcionamiento del alma? Pero vayamos realmente a la parte que nos
interesa: ¿dónde se encuentra el alma?
De
acuerdo con dos conceptos que mencionamos al principio: el cuerpo es material y
el alma inmaterial. Aunque no se crea en el alma como concepto divino también
podríamos estar de acuerdo que hay algo dentro de nosotros que nos llena de
hálito la existencia, pongámosle nombre a ese algo y llamémosla alma con las
siguientes características: es inmaterial y forma parte de nosotros; alejémosla
de los conceptos de inmortalidad y divinidad que para nuestro caso lo que nos
interesa es ¿dónde se encuentra el alma?
Si
el alma es inmaterial y nosotros somos materia, veamos un poco cómo estamos
constituidos. Tenemos un cuerpo que contiene órganos, músculos, fluidos y demás
compuestos orgánicos, si vamos más adentro veremos que todo lo anterior se
forma a base de células de diferentes tipos, según sea el caso; y si vamos más
a dentro, a lo más básico de la materia, nos encontramos con la parte más
pequeña que mantiene las característica del elemento del cual proviene: el
átomo. Esto no significa que existan partículas mucho más pequeñas que el
átomo, sino que el átomo es la porción mínima divisible que mantiene las
características de la materia, esto es, si dividimos un trozo de plomo hasta
llegar a un átomo de plomo, éste sigue siendo plomo pero en su mínima
expresión. Ahora bien, dentro de éste átomo existen órbitas de electrones que
giran alrededor del núcleo y entre estos electrones y el núcleo ¿qué existe?, ¿vacío?
Algunos podrían negarlo diciendo que sí existen otras cosas, como las fuerzas
electromagnéticas, que hacen que el átomo se mantenga unido, y es correcta su
observación sin embargo, no hay nada material, que sí medible mediante
experimentos, pero inmaterial como la luz, el magnetismo y los campos
gravitacionales. Entonces justo ahí, donde se encuentra lo inmaterial, debería
estar aquello de lo que hablamos que es inmaterial, ¿podrá estar el alma ahí?
Así como los campos electromagnéticos se pueden medir y sin embargo no son
visibles, así como los campos gravitacionales y magnéticos existen en el vacío
(estratósfera), así el alma pudiera estar ahí, tal vez compartiendo estos
campos, o tal vez formando parte de estos campos, o alimentándose de ellos. La
respuesta a la pregunta formulada de la ubicación sería que precisamente ahí,
en lo inmaterial, en donde no existe otra cosa que lo que es oculto a los ojos
del hombre, en todos esos espacios vacíos, pero que se encuentran rodeados
justo de materia se encuentra el alma ¿Qué se podrí refutar a este concepto?,
tal vez que por que no es visible ni medible no existe el alma, pero podríamos
decir que: antes que los campos magnéticos, electromagnéticos, eléctricos y
gravitacionales se pudieran medir, existieron hombres que creyeron en su
existencia y formularon teoremas, que posteriormente se confirmaron y crearon
toda una materia extensa para su estudio. Entonces hasta que podamos medirla, o
percibir sus efectos ¿se podría decir que existe? ¿Qué es un dogma, o que es de
carácter religioso? Tampoco, justo hicimos la anotación al inicio que dejábamos
esto fuera del carácter religioso y que concebíamos esta alma como aquello que
nos mueve y que nos motiva. Entonces también podrían decir que, como no se
propone ningún teorema ni alguna base científica que respalde la propuesta, el
alma no existe. Si el cerebro, a quien le han hecho grandes estudios, todavía
encierra un número sin fin de misterios, ¿cuántos más podrían guardar el alma,
antes de corroborar su existencia?
De
hecho, esto es para proponer un acercamiento de dónde se encuentra el alma, o
el ánima, o aquello que nos da la alegría de vivir, o la desdicha para querer
morir. No es un tratado ni una semblanza, ni siquiera una posición filosófica,
simplemente es una posible respuesta a aquello que me formulé cuando escuché
hablar del alma y su existencia. Siempre he pensado que la mejor comprensión
sobre aquello que se estudia es justamente cuando te surgen preguntas sobre el
tema, así surgió: ¿Dónde se encuentra el alma?
Discovery, M.
(2012, 12 21). Dailymotion.com. Retrieved junio 23, 2014, from
Dailymotion.com:
http://www.dailymotion.com/video/xw4oyf_discovery-max-misterios-del-universo-t2x01-hay-vida-despues-de-la-muerte_shortfilms
Eggers, C. L. (1988).
Platón, Diálogos IV, República. En C. L. Eggers, Platón, Diálogos IV,
República (pág. 238). Madrid: Gredos.
e-torredebabel.com. (s.f.). Recuperado el 23 de junio de 2014, de
e-torredebabel.com:
http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Filosofiagriega/Aristoteles/Alma.htm
Martínez, E. (2003,
marzo 16). Retrieved junio 23, 2914, from Tendencias 21.net:
http://www.tendencias21.net/La-conciencia-humana-se-genera-en-la-parte-posterior-del-cortex-cerebral_a127.html
23/06/14
José
Angel Higuera Solano
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