martes, junio 24, 2014

¿Dónde se encuentra el alma?
Hablar del alma es hablar de algo inmaterial, que no tiene sustancia, algo etéreo que no es medible, sin propiedades ni características que la puedan clasificar dentro del cuerpo humano; aún así, existe esa parte que nos hace tener expectativas de vida: la consciencia, de la cual se conocen algunas de sus características y sus reacciones a diferentes estímulos. Eduardo Martínez en su artículo “La consciencia humana se genera en la parte posterior del córtex cerebral”, cita a Francis Crick, Premio Nobel, para quien la conciencia radica en el cerebro, en la parte posterior del córtex, dicha investigación refiere que una sofisticada e interconectada red neuronal sustenta la percepción a través de nodos. Un nodo solo no genera la conciencia, sino el conjunto de ellos, cuando se activan y desactivan en coaliciones de neuronas y generan la conciencia de los procesos subjetivos y del entorno (Martínez, 2003).
En el programa “Misterios del Universo T2X01 ¿Hay vida después de la muertes?” Se nos dice también que la conciencia se encuentra en el cerebro, ella,  nos abandona precisamente cuando caemos en inconsciencia como: el dormir (sin soñar), en la anestesia médica o con algún golpe fuerte que nos noquee, sin embargo, aunque inconscientes, el cerebro sigue trabajando sin “nosotros”, siguen los signos vitales: la respiración, el pulso, la temperatura; es cierto que no reaccionamos a estímulos externos como el ruido, un pinchazo o una quemadura porque nuestra consciencia no está presente o “encendida”. Cuando estamos conscientes y aplicamos un estímulo, las neuronas del cerebro transmiten y lo procesan teniendo una reacción, existe un intercambio de información entre las neuronas, éste intercambio desaparece cuando estamos inconscientes, aún cuando el cerebro funcione correctamente; somos pero no estamos. (Discovery, 2012)
¿Será que la consciencia es el alma?
Algunos consideran que justamente el alma es la consciencia, donde radican sentimientos, esperanzas, anhelos, etc.; es decir, el alma radica en el conjunto de neuronas que forman nuestro cerebro y desaparece al morir, sin embargo, para los filósofos antiguos el alma es divina e inmortal; hablan de lo visible (el cuerpo) y lo no visible (el alma). Lo visible entra por el cuerpo por medio de los sentidos; lo invisible por el alma. El cuerpo cambia, los objetos cambian, los animales, las plantas, pero el alma no cambia, de tal forma el cuerpo es finito pues percibe lo finito y el alma es inmortal pues percibe lo que no es tangible y cuyas cualidades son: ‘la moderación, la valentía y la sabiduría, según lo expresado por Platón. (Eggers, 1988)
Ahora bien, si el alma es la conciencia o no; si es finita o infinita; si es mortal o inmortal; sabemos por experiencia propia, que hay alguien que está dentro de nosotros, que a veces nos aconseja, o que nos hace temer, o que nos proporciona ideas: algo, que no somos nosotros sino alguien con quien incluso platicamos. Podríamos, por qué no, llamarla alma, y podríamos considerar algunas de las características que les dan los filósofos como Aristóteles dice que también las plantas y los animales tienen alma al igual que los humanos pero con otras características, una de ellas es común a las tres y es la que les permite tener vida en potencia, es decir, la capacidad de reproducirse a diferencia de objetos inertes. Esta es una gran cualidad que tanto es visible o material (conservación de la especie),  como invisible o inmaterial (todo nuevo ser posee alma); para Aristóteles, el alma es inmortal y a la muerte, ésta se desprende del cuerpo y puede introducirse en un animal o en  una planta. (e-torredebabel.com)
Si aún no comprendemos la totalidad del funcionamiento del cerebro humano que es tangible y medible, ¿qué tan difícil será  conocer el funcionamiento del alma?  Pero vayamos realmente a la parte que nos interesa: ¿dónde se encuentra el alma?
De acuerdo con dos conceptos que mencionamos al principio: el cuerpo es material y el alma inmaterial. Aunque no se crea en el alma como concepto divino también podríamos estar de acuerdo que hay algo dentro de nosotros que nos llena de hálito la existencia, pongámosle nombre a ese algo y llamémosla alma con las siguientes características: es inmaterial y forma parte de nosotros; alejémosla de los conceptos de inmortalidad y divinidad que para nuestro caso lo que nos interesa es ¿dónde se encuentra el alma?
Si el alma es inmaterial y nosotros somos materia, veamos un poco cómo estamos constituidos. Tenemos un cuerpo que contiene órganos, músculos, fluidos y demás compuestos orgánicos, si vamos más adentro veremos que todo lo anterior se forma a base de células de diferentes tipos, según sea el caso; y si vamos más a dentro, a lo más básico de la materia, nos encontramos con la parte más pequeña que mantiene las característica del elemento del cual proviene: el átomo. Esto no significa que existan partículas mucho más pequeñas que el átomo, sino que el átomo es la porción mínima divisible que mantiene las características de la materia, esto es, si dividimos un trozo de plomo hasta llegar a un átomo de plomo, éste sigue siendo plomo pero en su mínima expresión. Ahora bien, dentro de éste átomo existen órbitas de electrones que giran alrededor del núcleo y entre estos electrones y el núcleo ¿qué existe?, ¿vacío? Algunos podrían negarlo diciendo que sí existen otras cosas, como las fuerzas electromagnéticas, que hacen que el átomo se mantenga unido, y es correcta su observación sin embargo, no hay nada material, que sí medible mediante experimentos, pero inmaterial como la luz, el magnetismo y los campos gravitacionales. Entonces justo ahí, donde se encuentra lo inmaterial, debería estar aquello de lo que hablamos que es inmaterial, ¿podrá estar el alma ahí? Así como los campos electromagnéticos se pueden medir y sin embargo no son visibles, así como los campos gravitacionales y magnéticos existen en el vacío (estratósfera), así el alma pudiera estar ahí, tal vez compartiendo estos campos, o tal vez formando parte de estos campos, o alimentándose de ellos. La respuesta a la pregunta formulada de la ubicación sería que precisamente ahí, en lo inmaterial, en donde no existe otra cosa que lo que es oculto a los ojos del hombre, en todos esos espacios vacíos, pero que se encuentran rodeados justo de materia se encuentra el alma ¿Qué se podrí refutar a este concepto?, tal vez que por que no es visible ni medible no existe el alma, pero podríamos decir que: antes que los campos magnéticos, electromagnéticos, eléctricos y gravitacionales se pudieran medir, existieron hombres que creyeron en su existencia y formularon teoremas, que posteriormente se confirmaron y crearon toda una materia extensa para su estudio. Entonces hasta que podamos medirla, o percibir sus efectos ¿se podría decir que existe? ¿Qué es un dogma, o que es de carácter religioso? Tampoco, justo hicimos la anotación al inicio que dejábamos esto fuera del carácter religioso y que concebíamos esta alma como aquello que nos mueve y que nos motiva. Entonces también podrían decir que, como no se propone ningún teorema ni alguna base científica que respalde la propuesta, el alma no existe. Si el cerebro, a quien le han hecho grandes estudios, todavía encierra un número sin fin de misterios, ¿cuántos más podrían guardar el alma, antes de corroborar su existencia?
De hecho, esto es para proponer un acercamiento de dónde se encuentra el alma, o el ánima, o aquello que nos da la alegría de vivir, o la desdicha para querer morir. No es un tratado ni una semblanza, ni siquiera una posición filosófica, simplemente es una posible respuesta a aquello que me formulé cuando escuché hablar del alma y su existencia. Siempre he pensado que la mejor comprensión sobre aquello que se estudia es justamente cuando te surgen preguntas sobre el tema, así surgió: ¿Dónde se encuentra el alma?

Discovery, M. (2012, 12 21). Dailymotion.com. Retrieved junio 23, 2014, from Dailymotion.com: http://www.dailymotion.com/video/xw4oyf_discovery-max-misterios-del-universo-t2x01-hay-vida-despues-de-la-muerte_shortfilms
Eggers, C. L. (1988). Platón, Diálogos IV, República. En C. L. Eggers, Platón, Diálogos IV, República (pág. 238). Madrid: Gredos.
e-torredebabel.com. (s.f.). Recuperado el 23 de junio de 2014, de e-torredebabel.com: http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Filosofiagriega/Aristoteles/Alma.htm
Martínez, E. (2003, marzo 16). Retrieved junio 23, 2914, from Tendencias 21.net: http://www.tendencias21.net/La-conciencia-humana-se-genera-en-la-parte-posterior-del-cortex-cerebral_a127.html


23/06/14


José Angel Higuera Solano

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